Mujeres ejidatarias producen mezcal de forma sustentable

Abril.2016
Por: 
Hugo Valencia Juliao

 En Mochitlán, Guerrero, se impulsó la creación de la primera empresa cooperativa dedicada a la producción de mezcal de forma sustentable. La fábrica es dirigida y operada por 36 mujeres ejidatarias que llevan produciendo la bebida tradicional por más de 20 años en esa región del sureste del país.

El proyecto contó con la colaboración del gobierno del estado a través de la Secretaría de Desarrollo Rural. Fue elaborado y tuvo la asesoría del becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Eduardo Sánchez Jiménez, alumno de maestría de desarrollo regional inscrito en la Unidad de Ciencias de Desarrollo Regional de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro).

Según Eduardo Sánchez, esta primera fábrica de mezcal de producción sustentable garantizará no solo una actividad económica que beneficiará a las productoras, sino que también promete salvaguardar los saberes tradicionales y culturales.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, comentó que el objetivo de este proyecto es que para la apertura en el mes de junio del presente año se destilen 333 litros por mes en una primera etapa, para que se distribuya al mercado nacional, y en una segunda etapa se pueda empezar a exportar.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste el proyecto sobre la fábrica de mezcal de producción sustentable en Mochitlán?

Eduardo Sánchez Jiménez (ESJ): Todo empezó porque siendo becario del Conacyt vi que había la necesidad de resaltar la importancia del ejido de Mochitlán, que se ha ganado en los últimos siglos. En ese primer acercamiento me di cuenta de que la mayoría de los ejidatarios son mujeres, y tienen 22 años produciendo mezcal tradicional, entonces mi intención es ayudar a mejorar sus procesos de producción, así como también ayudarles a certificar y a vender su producto mejorando su presentación, todo desde un punto sustentable.

El trabajo para la producción del mezcal para que sea de clasificación de origen tiene que ser producido bajo los métodos tradicionales, es decir, se tiene que cocer en horno de tierra, que tiene que ser molido con hacha, por lo que no puede haber un proceso maquinado en toda la destilación. El problema que nosotros encontramos y el cual quisimos resolver, es el de las condiciones precarias en donde producen la bebida.

Por ejemplo, una fábrica con láminas galvanizadas donde se escapa el humo del alambique, ni siquiera tenían un baño propio, las tinas de fermentación eran ineficientes porque se salía el agua. Eran cosas muy rústicas, por lo que la idea trabajada conjuntamente con el gobierno del estado fue ayudar con recursos para que estas mujeres tuvieran mejores condiciones en infraestructura, todo esto con tecnología sustentable. La infraestructura se está realizando con gran parte de los residuos del maguey, como la hilacha y las pencas que sirven muy bien para los techos.

AIC: ¿Cómo fue el acercamiento para contar con el apoyo del estado de Guerrero?

ESJ: Primero que nada visitamos a la directora de Sistemas Productos de la Secretaría de Desarrollo Rural de Guerrero, Rosa Carbajal Luna, ella nos abrió las puertas para exponerle el proyecto, posteriormente nos consiguió una cita con el secretario de Desarrollo Rural, Juan José Castro Justo, por lo que terminó de agradarle el proyecto, además de comprometerse a financiarlo, nos aseguró que también nos iba a apoyar con el envasado.

Esto porque le pareció excelente la idea de que fuera la primera fábrica sustentable de producción de mezcal de mujeres. Las ventajas de este proyecto radican en que las ahora socias de la empresa cooperativa van a incrementar su producción individual en un 200 por ciento. Tepolcito, como le pusieron las ejidatarias a su cooperativa, tiene como objetivo diversificarse en un futuro cercano.

AIC: ¿Esto modifica el proceso de elaboración tradicional?

ESJ: No, porque tenemos que mantener los estándares que exige el Consejo Regulador del Mezcal (CMR), que es el proceso tradicional de denominación de origen. Todo sigue igual, solo mejoramos los procesos, por ejemplo las tinas de fermentación son de mejor calidad, por lo que se aprovechan mejor y son más rentables.

AIC: ¿Cómo Tepolcito pretende diversificarse?

ESJ: De los derivados se va a poder producir miel orgánica; con el agua que anteriormente se desechaba les vamos a ayudar a hacer huertos de traspatio; de las pencas, les estamos enseñando a hacer rebozos y ropa en general, esto para que no dependan únicamente de la producción de mezcal. Todo con la ayuda del gobierno del estado que en una primera etapa ha apoyado con 657 mil pesos, además del apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), quienes apoyaron con un camino de tres kilómetros para facilitar el acceso a la fábrica.

AIC: ¿Cuál fue la respuesta de las ejidatarias al acercarse con este proyecto?

ESJ: Como coordinador general del proyecto la parte que a mí me tocó fue la planeación y diagnóstico de la situación problemática en que se encontraba este lugar, porque no hacían un manejo adecuado de los recursos. Cuando hice el primer contacto con las mujeres de la comunidad recibí un escepticismo debido a que creían que solo eran promesas. Creían que era más de lo mismo que siempre les habían prometido; lo que nos permitió que nos abrieran las puertas al proyecto fue que tratamos de crear conciencia.

La estrategia de intervención fue llegarles a partir de su memoria histórica, desde el movimiento de conciencia. Ellas ahora están muy contentas porque ya no creían en ellas mismas, han aprendido a revalorarse y, sobre todo, han aprendido a reinterpretar quiénes son y de dónde vienen a través de su memoria histórica. También están muy agradecidas con la Uagro y con todas las instancias que hemos intervenido para el desarrollo de región a través de la producción de mezcal.

AIC: ¿Qué tipo de mezcal se produce en la región?

ESJ: Los mezcales que ahí producen son el joven, que es el que se saca año con año; el reposado, que es el que va más allá de un año, y de ahí se derivan los mezcales de sabores; los tradicionales son los amargos y el mezcal de nance.